top of page

¿Qué se esconde detrás de las dudas y cómo aprender a gestionarlas?

  • Foto del escritor: Afouteza Coaching
    Afouteza Coaching
  • 19 ago
  • 3 Min. de lectura

Dudar es humano: el reto está en gestionarlo

Todos hemos dudado alguna vez: de una decisión, de nuestras capacidades o incluso de nuestros propios pensamientos. Lo importante no es evitar las dudas, sino entender qué nos quieren decir y cómo convertirlas en un impulso para avanzar.

¿Por qué aparecen las dudas?

Las dudas no surgen al azar. Generalmente son la señal de un choque entre lo racional (que busca certezas) y lo emocional (que teme lo desconocido).

1. Falta de información

Cuando sentimos que no tenemos suficientes datos, aparece la inseguridad. El problema es que, a veces, buscamos tanta información que acabamos en parálisis por análisis.

Qué hacer: define los 3 datos clave que necesitas para decidir y márcate un tiempo límite para buscarlos. Después, actúa.

2. Miedo a equivocarse

El temor a cometer errores o a ser juzgados nos hace posponer decisiones. Vemos el error como amenaza, en vez de como parte del aprendizaje.

Reflexiona: ¿qué pasaría si interpretaras cada error como un paso necesario hacia tu crecimiento?

3. Exceso de opciones

Más alternativas no siempre significan más libertad: a veces generan bloqueo. Buscamos la decisión perfecta, que rara vez existe.

Consejo práctico: aplica la regla del 70%.

La regla del 70%: un antídoto contra la indecisión

La regla del 70% consiste en aceptar que, si una opción cumple con al menos un 70% de lo que necesitas, es suficientemente buena para decidir y avanzar.

  • El 100% casi nunca existe: ni en seguridad, ni en garantías, ni en información.

  • Esperar a tenerlo todo perfecto conduce a bloqueo e inmovilidad.

  • Elegir con un 70% de certeza es mucho más saludable que esperar al 100% y no hacer nada.

Ejemplo práctico: Quieres cambiar de trabajo. La nueva oferta cumple 7 de tus 10 criterios (mejora salarial, buen ambiente, aprendizaje, horario flexible…). No tiene todo lo que soñabas, pero cumple lo esencial.

Según la regla del 70%, es suficiente para dar el paso y crecer.

Esta regla rompe la idea de perfección y ayuda a aceptar que avanzar con lo “suficientemente bueno” es mejor que quedarse atrapado en la duda.

4. Desconexión con valores y metas

Cuando no tenemos claro qué queremos realmente, elegir se convierte en un suplicio.

Ejercicio: haz tu lista de 5 valores esenciales (ej. salud, aprendizaje, familia, seguridad, libertad) y usa ese filtro para decidir.

El peso de la confianza, la autoestima y el control

Detrás de muchas dudas se esconden factores internos más profundos que los simples datos o la falta de tiempo.

Falta de confianza en uno mismo

Dudar de tus propias capacidades hace que cada paso parezca una amenaza.

  • Señales: inseguridad constante, pedir validación a otros, evitar retos.

  • Cómo trabajarlo:

    • Celebra micro-victorias (divide metas en pasos de 15 min).

    • Anota cada día 3 cosas que hiciste bien.

    • Recuerda: no tienes que saberlo todo, solo estar dispuesto a aprender.

Baja autoestima

Si crees que tu valor depende de hacerlo todo perfecto, cada decisión genera ansiedad.

  • Señales: autocrítica dura, comparación constante, miedo a decepcionar.

  • Cómo trabajarlo:

    • Cambia el diálogo interno: “mi valor no depende de esta decisión”.

    • Reduce comparaciones externas: compárate solo contigo.

    • Cuida tu bienestar básico: descanso, alimentación y movimiento.

Necesidad de control

Querer que todo salga exactamente como lo planeas es imposible. Y esa obsesión alimenta la duda constante.

  • Señales: hiperplanificación, revisar todo en exceso, posponer hasta tener “certeza total”.

  • Cómo trabajarlo:

    • Diferencia entre lo que puedes controlar, lo que puedes influir y lo que solo puedes aceptar.

    • Entrena la tolerancia a la incertidumbre: deja cada día una pequeña parte sin planear.

    • Aplica la regla del 80/20: planifica lo esencial, pero acepta un margen de flexibilidad.

Cómo pasar de la duda a la acción

  • Define la decisión en una sola frase.

  • Marca 3 criterios realistas de éxito.

  • Pregúntate si es reversible: si lo es, decide más rápido.

  • Aplica la regla del 70%.

  • Diseña un Plan B: tener salida reduce la ansiedad.

  • Empieza con una micro-acción hoy mismo.


Recuerda: no decidir también es decidir. Y quedarse inmóvil tiene un coste mayor que equivocarse.

Convierte la duda en una oportunidad

Las dudas no son un enemigo, son una brújula que señala que hay algo importante que revisar. Aprender a escucharlas es el primer paso para avanzar.

En Afouteza Coaching te acompaño a transformar esas dudas en claridad, a ordenar ideas, gestionar emociones y convertir la indecisión en acción real.

La valentía no consiste en no dudar, sino en avanzar a pesar de las dudas.

Si sientes que estás atrapado en un ciclo de indecisión, agenda tu sesión de coaching y empieza a dar pasos con más confianza.

 
 
 

Comentarios


bottom of page